"El silencio es un lenguaje tan poderoso que alcanza al Dios viviente", asegura Faustina Kowalska, aquella religiosa sin estudios que cambió el mundo, aunque sólo vivió 33 años (1905-1938).
Conocida como el apóstol de la Divina Misericordia, Kowalska tan sólo escribió un libro, su Diario,un conjunto de notas que se han convertido en uno de los manuales de la modernidad.
Gracias a ella comprendimos aquello de "siervos inútiles somos, lo que teníamos que hacer eso hicimos" y sentimos que ese fin de ciclo, la Segunda Venida de Cristo a la Tierra, puede no ser una posibilidad remota: "prepararás al mundo para mi segunda venida".
Por eso, el camino correcto consiste en acogerse a la misericordia de Dios antes de que llegue el final porque las palabras de Cristo a la santa polaca aún son recordadas por muchos: Tras la era de la misericordia vendrá el día de la justicia y resulta que "los ángeles tiemblan ante ese día".
Pero, en el entretanto, todos tranquilos: a fin de cuentas siempre contaremos con la vía de la misericordia de Cristo.
El mensaje de Kowalska fue condenado al índice durante décadas. Luego resultaría el mensaje eclesial más relevante de todo el siglo XX y su mediadora elevada a los altares. Estos curas cambian mucho de opinión.
Eso sí: tras la era de la misericordia, llegará el día de la justicia... y "los ángeles tiemblan ante ese día".