12 de diciembre festividad de la Virgen de Guadalupe. Los católicos españoles andamos picados con los mexicanos: nosotros les recordamos que la advocación de la Virgen del Pilar -sobre todo desde que San Juan Pablo II así lo ratificó en 1984- es la patrona del mundo hispano mientras que los católicos mexicanos aseguran que un jamón de mono y que de eso nada: que la única patrona de la hispanidad es Nuestra Señora de Guadalupe.
La trifulca seguirá durante mucho tiempo y uno, en su modestia, ayudará a que se perpetúe... hasta ahí podríamos llegar. Y si los mexicanos se ponen cabezones me remontaré a que la primera aparición de la Virgen Guadalupe no ocurrió en México, al indio Juan Diego, sino en Extremadura, tres siglos antes.
En cualquier caso, todo lo hispano lleva la marca de María, sobre todo porque la hispanidad es la obra de España, tanto en casa como cuando evangelizamos México y toda Hispanoamérica.
Pero en esta festividad de la Guadalupana sólo quiero resaltar una cosa: para aquéllos que niegan la existencia de los milagros tienen a mano un milagro permanente y comprobable en el manto, o tilma, de la Virgen de Guadalupe, -hecho de tela basta, hace 500 años, besuqueada durante todo ese tiempo, manoseada por millones de personas, que incluso sufrió un atentado hace 100 años- en la retina de los ojos de la Virgen, repito, en la minúscula retina de los ojos de la Virgen, en un espacio diminuto, se representan imágenes de personas de hace 500 años, perfectamente reconocibles al microscopio, que giraron alrededor de las apariciones. Oculistas de primera línea han comprobado este hecho inexplicable, porque esa tilma ya debía haber sido destruida mucho tiempo atrás.
Es el milagro de la Virgen de Guadalupe, cuya festividad celebramos hoy vienes 12 de diciembre.