La verdad es que la carta del Ministerio de Defensa belga tiene su coña porque anima a los jóvenes de 17 años a hacer la mili a cambio de 2.000 euros mensuales, lo que no deja de recordar el viejo chiste:
-Mi capitán, ¿desato a los voluntarios?
Es decir, si quieres los 2.000 pavos mensuales, haz la mili.
Es igual, lo cierto es que Bélgica, como Suecia, como Dinamarca, como otros países europeos, se han dado cuenta de que resulta cobardica y un poquito absurdo que, desde 1945, Europa, hacedora de Occidente, dependa para su defensa de Rusia o de Oriente o de los Estados Unidos, el primo de Zumosol.
No, el Viejo Continente debe defenderse a sí mismo.
Ahora bien, ¿la mili es necesaria en la era de la guerra nuclear? Sí, es necesaria, por una razón externa y otra interna.
Externa, porque una invasión rusa de Europa no es una quimera. Y al final, aunque sea atómica, las guerras siempre las gana la infantería.
Dos: porque el sólo hecho de hacer la mili supone que el joven, ejerciendo de soldado, se hace consciente de que si su país ha hecho algo por él, él debe hacer algo por el país. ¿Se les enseña a matar? Yo diría que en el Ejército se enseña a evitar las matanzas.