Los temores de los que habló Cristina Martín en Hispanidad a principios de este mes se han cumplido. Apollo, el fondo más especulador del mundo, se dispone a comprar más del 50% el Atlético de Madrid, lo que de daría el control del club colchonero, según publica este viernes Expansión. La valoración del Atlético de Madrid estaría en el entorno de los 2.500 millones de euros.

Para los que no son del Atlético de Madrid no es una buena noticia y para los que sí lo son -sobre todo para los socios- es la peor noticia. Si la operación es buena para Apollo, no lo es para el Atlético de Madrid y mucho menos para los socios. Nunca se fíen de Apollo: en Evo Banco hizo justo lo contrario de lo que prometió que haría.

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La especialidad de Apollo y de su fundador, Leon Black, es el ‘loan to own’, que consiste en comprar deuda de una empresa -deuda que está en manos de un banco o de otro prestamista- y forzarle a la empresa a renegociar esa deuda, siempre al alza, claro está. Si no logra pagarla, Apollo se queda con la empresa, que luego trocea y vende. La deuda del Atlético de Madrid es de 436 millones de euros y los ingresos, en 2024, fueron de 424 millones.

¿Hará esto con el club colchonero? No es previsible, pero será una espada de Damocles, una amenaza siempre presente mientras esté en sus manos. A ver si no entendemos: a Apollo le importa nada y menos que nada el Atlético de Madrid. Lo único que busca es ganar dinero, cuanto más y más rápido, mejor. En cualquier caso, la toma de control de Apollo supone abrir la puerta a más fondos en el futuro. ¿O es que alguien piensa que Apollo permanecerá a largo plazo? Lo venderá al mejor postor aunque no beneficie el club.

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Por eso, si es bueno para Apollo no lo es para el Atlético de Madrid. Los accionistas del club, Miguel Ángel Gil (50,82%), Ares Management (33,96%), Enrique Cerezo (15,22%) y el magnate israelí Idan Ofer (27,81%) deberían pensárselo dos veces o, mejor, deberían rechazar los cantos de sirena de Apollo.