• Y ya ni se preocupa en negarlo o en discutirlo.
Ocurrió en pleno centro de Madrid, a las puertas de un centro comercial. Un hombre joven, ataviado con los logotipos de Médicos sin Fronteras me pide que le dedique unos minutos. Pretende explicarme la conveniencia de hacerme socio de esta ONG. Le digo que no me gusta Médicos sin Fronteras y entonces se interesa más: me pide que le explica el porqué. Le digo que no me gusta que MSF haga promoción del aborto y la anticoncepción. Insisto: hoy en día son una misma cosa. Todos los anticonceptivos que se venden en el mercado son potencialmente abortivos. Su respuesta resulta más lacónica que mi escueta explicación. -Comprendo. Fuese y no hubo nada. Quiero decir que me marché, pero algo me llamó la atención: años atrás, cualquier miembro de Médicos sin Fronteras se hubiera preocupado y ocupado en negar la acusación. Hoy no, lo tienen tan asumido que ni se molestan. Hoy sencillamente, cuando alguien les acusa de aborteros pasan de él: se trata, sin duda, de un fascista. Es curioso. Médicos Sin Fronteras (MSF) se define, en su web, como "una organización médico-humanitaria internacional que asiste a poblaciones en situación precaria, y a víctimas de catástrofes y de conflictos armados, sin discriminación por raza, religión o ideología política". Al parecer, sí discrimina por edad. Si no has nacido… Eulogio López eulogio@hispanidad.com