Con otras palabras, dice lo mismo, que conste, La Razón, en su editorial postelectoral del martes 24: "Arriola no es suficiente". Y a continuación añade: "se trata de recuperar los valores del PP". Ya sé que mi amigo Paco Marhuenda le tiene paquete a Arriola (en la imagen). No me extraña, yo también.
Por eso, Rajoy sentencia que el desastre andaluz representa "el coste por las reformas para salir de la crisis". Mariano, príncipe: tú no nos has sacado de crisis alguna, a ver si te enteras. Con un 22% de paro no se puede decir que se ha dejado atrás la crisis. Entre otras cosas -consejo gratis, no como los de Arriola- porque no se puede decir aquello que la gente no está dispuesta a creer aunque sea cierto. Y en el presente caso, no lo es.
Pero es que, además, hay gente, Mariano, que no sólo vota economía. Para ser exactos nadie vota economía, porque cada cual atribuye los éxitos y fracasos de sus bolsillos a alguien distinto, generalmente a él mismo, casi nunca al Gobierno de la nación. Eso lo hace el Ceo de una gran corporación y poco más, Mariano, prenda.
Que no, que queda muy moderno eso de que la gente vota economía, sólo que no es verdad. Los españoles, al menos todavía tienen convicciones, modelos de vida, y ven al gobierno, al igual que a las monarquías modernas, como una referencia en valores para la ciudadanía. De valores o de antivalores, claro.
Arriola no sólo es un Rasputín, incapaz de tener un convicción (en esto último se parece a su jefe, a Mariano), sino que además su chorrada de que defender la vida quita votos ha provocado que muchos españoles le vuelvan a la espalda al PP.
Así que, dice La Razón, regresemos a los valores del PP -fue muy al principio, lo sé- y apliquemos una política económica menos financista pero más respetuosa con la pequeña propiedad privada. Ortodoxa, pero menos financista.
Ahora bien, ¿en qué cree el señor Rajoy?
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com