Trayecto Pamplona-Madrid con cambio de tren en Zaragoza. Para empezar, cuando todavía quedaba una hora y media de viaje, un empleado de Renfe anuncia, puesto en pie en medio del vagón, que “damos por perdido” el enlace con el AVE, en Zaragoza.
Acto seguido asegura que no hay problema, porque los pasajeros podrán subirse al siguiente AVE con destino Madrid, para lo que tendrán que contactar con la persona “de tierra” de la compañía, que estará en el andén de la estación de Zaragoza.
Hasta ahí todo normal, si aceptamos como habituales los retrasos de Renfe, en esta nueva etapa en la que el ferrocarril vive su mejor momento, según el ministro Puente. La sorpresa llegó cuando, una vez en Zaragoza, el empleado de Renfe va distribuyendo a mano y en fotocopias cutres los asientos en el nuevo AVE a Madrid.
Sorprende que en plena era digital, bien entrado el siglo XXI, Renfe utilice este método para reubicar a los pasajeros. Y, en cualquier caso, aunque lo haga a mano, ¿no podía hacerlo de una manera menos cutre? Oiga, que estamos hablando de Renfe, la empresa de ferrocarriles más importante de España.
Eso sin hablar del despilfarro de papel y de tinta. ¡Cómo se enteren los ecologistas...!
