"Charlie Kirch muere tras sufrir un disparo". La Agencia EFE se ha lucido con este titular, porque lo que le sucedió a Charlie Kirk, activista cristiano amigo de Trump, fue que resultó asesinado cuando impartía una charla en una universidad de Utah, con un disparo realizado por un verdadero profesional, a 180 metros de distancia, asesino que aún no ha sido localizado. 

Suele suceder que cuando te disparan al cuello te mueras. Pero si eres un cristiano que no ocultas tus convicciones, entonces no puede hablarse de asesinato, sino de muerte, probablemente accidental. Llegará un momento en que quien os quite la vida pensará prestarle un servicio a Dios.

Otro mensajero de redes sociales, más bestia pero más sincero, asegura que no está dispuesto a hablar bien del cristiano Kirk, "ni vivo ni muerto". La verdad, eso que no ahorramos. Y la que ha batido todos los récord de cinismo ha sido, cómo no, RTVE, que se ha pasado todo el día identificando a Kirk como "un acérrimo defensor de las armas". Lo cual, al parecer, justifica que sea asesinado de un disparo.

 

Más acertado ha estado el economista Daniel Lacalle cuando le identifica como un defensor de la libertad. 

 

Y, otro aspecto significativo de Kirk, en una de sus últimas intervenciones, Charlie aseguró que la Madre de Dios era el mejor antídoto contra el "feminismo tóxico", y animaba a las iglesias protestantes a valorar a la Virgen María. 

Era un buen amigo de Donald Trump especialista en dirigirse a un público juvenil, hablando de su fe y de su patriotismo. Enemigo eficaz de la estupidez 'gender' y de la majadería 'woke' y que hablaba sin tapujos de la barbaridad transexual. En resumen, hablamos de un cristiano valiente, al que su coherencia le ha costado la vida.

Lo que sorprende y asombra es que el Nuevo Orden Mundial (NOM), la nueva masonería, los progres del siglo XXI... es decir, los inventores de los delitos de odio, el mejor altavoz del pensamiento único y de la censura global, resulten hoy los mayores odiadores, a lo mejor los únicos, que vierten su cristofobia hasta con asesinatos de toda índole.