Cartas al director
La desazón de la Alcaldesa
En el primer, ordinario pleno
del flamante Ayuntamiento,
entró en desazón la Alcaldesa,
trabucándose la lengua,
confundiendo los pensamientos.
¡Ay, Carmena! ¡Ay, Carmena!
Que dominar a esa tropa
te va a provocar desazones,
disgustos y otras penas,
siendo como eres abuela.
Y esos nietos son rebeldes,
deslenguados y enseñatetas.
¡Ay, Carmena! ¡Ay, Carmena!
Que no es lo que tú creías
que es fácil ser alcaldesa.
Y si no quieres desazones,
disgustos y otras penas;
lo que iniciaste con ilusión,
¿que mejor hacer puedes,
que presentar la dimisión?
J. R. Pablos
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