Lo cuenta EWTN. Hace 7 años que a Jordi le diagnosticaron la enfermedad neurodegenerativa del ELA que es mortal y no tiene tratamiento hasta la fecha. Actualmente, está conectado a un respirador y a una sonda gástrica pudiéndose comunicar a través de sus pestañas con un programa informático pero eso no quita que Jordi sea una de las personas más alegres y positivas que se pueden encontrar en las redes sociales.

Es además un declarado cristiano, es decir una persona que agradece la VIDA y con ganas de vivirla y que está enfermo de ELA. Sin embargo, Jordi ha vivido una dura experiencia de una trabajadora social que fue a su casa: ésta le soltó sin miramientos que tenía a su disposición la eutanasia para terminar con su vida. La persona que le debería ayudar a vivir le ofrecía abiertamente la muerte.