50.000 euros se gastará el Ayuntamiento sociopodemita de Getafe, liderado por la alcaldesa socialista Sara Hernández, en elaborar un mapa de la ciudad en el que se detecten los puntos «críticos para la seguridad» desde «una perspectiva de género».

Según publica Ok diario, se trata de una partida que tendrá un plazo de duración y ejecución de cinco meses y con el que, según la concejal podemita de Feminismos, Alba Leo, la ciudad avanzará hacia un «ideal cada vez más extendido: el urbanismo feminista». Para Leo el «urbanismo feminista» consiste en «entender el espacio público como un lugar de convivencia, que favorezca el tejido social y la distribución de los cuidados» que hará de las calles de Getafe «lugares más seguros y habitables».

En una tribuna publicada en un periódico de ámbito local bajo el título «¿Para qué coño sirve el urbanismo feminista?», la portavoz de la formación morada en el municipio madrileño explica que el estudio dibujará un mapa con aquellos lugares en los que se requiere «acción política» para que todas las personas puedan «andar por la calle libremente sin sentirse coaccionadas por alguna amenaza, sea cual sea».

 

La concejal sostiene que, por ejemplo, cuando una mujer elige un camino y no otro por miedo a que la puedan agredir sexualmente «está siendo discriminada». Lo mismo ocurre, a su juicio, cuando «una persona anciana no le da tiempo a cruzar la calle porque el semáforo tarda muy poco en ponerse de nuevo en rojo»,  cuando «una persona con Párkinson no puede desplazarse de forma autónoma porque necesita sentarse cada poco tiempo y no puede hacerlo porque no hay suficientes bancos» o cuando «los niños y niñas se juegan su seguridad porque tienen que jugar cerca de un lugar donde los coches pasan cerca y demasiado rápido». Todos ellos, subraya, están siendo «discriminados o discriminadas» por un urbanismo machista.

Por otra parte, en la tribuna la concejal feminista da por hecho que las mujeres no utilizan el coche para realizar sus tareas del día a día y asume que son ellas las únicas que llevan a los niños al colegio -andando, se entiende-. «A diferencia del hombre, que coge el coche, va a trabajar y vuelve; las mujeres, sin coche, hemos tenido que llevar a los niños y niñas a la escuela, ir a comprar, acompañar a un familiar al centro médico, volver a la escuela a recogerles y a la salida ir al parque un rato a que jueguen», afirma en un planteamiento un tanto retrógrado en el que únicamente son las madres las que se encargan de los hijos. La concejal concluye que el urbanismo feminista es aquel que «alivia esa carga, facilitando que todas estas tareas se puedan realizar de la forma más cómoda y segura posible» y «un urbanismo donde, en 15 minutos y sin usar el coche -y si utilizamos la bicicleta, mejor que mejor, que contamina menos- puedas acceder a todos los servicios básicos que todas las personas necesitamos».