El fallecido Manuel Marín podía resultar ceremonioso pero no era sectario. Ejemplo, siendo presidente del Congreso afeó a los diputados de su partido, el PSOE, que dejaran entrar a los familiares del Yak 42 hasta un pasillo donde sabían se iban a topar con el ex ministro de Defensa, Federico Trillo, al que apostrofaron con entusiasmo. Marín se lo reprochó a sus propios colegas. Es decir, que se portó, con un adversario político como Trillo, mejor que, por ejemplo, su correligionaria (la de Trillo), la pepera, Dolores de Cospedal, cuando llegó al Ministerio de Defensa. En un país de sectarios se aprecia gente como Manuel Marín, capaz de defender al enemigo cuando tiene razón. Porque Marín podía ser ceremonioso, pero no sectario. Y en España estamos muy necesitados de políticos no sectarios. Descanse en paz. Hispanidad redaccion@hispanidad.com