Según publica La Razón, el pasado viernes se celebró en el Palacio del Negralejo, en el término municipal de Rivas Vaciamadrid, un almuerzo navideño para empleados de la CEOE, en la que también estuvieron presentes algunos miembros de la junta directiva. A ella estaban invitados los 110 trabajadores que conforman la plantilla completa, aunque una gran parte decidió desestimar la invitación por «razones personales». Estas razones personales tienen que ver con el momento de pandemia que se vive en España y en el resto del mundo. «En un momento en el que se han suspendido todas las comidas navideñas en las empresas españolas, no tiene mucho sentido que la institución que los representa organice una para celebrar la Navidad».

Otro de los aspectos que ha causado mayor malestar ha sido el lugar elegido para la celebración. El Palacio del Negralejo, que ya ha sido utilizado en otras ocasiones para actos oficiales y no oficiales desde la llegada de Garamendi a la presidencia de la CEOE, es propiedad de una sociedad familiar de la esposa del presidente de los empresarios, María Acha Satrústegui. Por ello, han surgido fuertes críticas dentro de la institución por este «uso un tanto inmoral del negocio de un familiar».

Según informó CEOE a LA RAZÓN, la decisión de celebrar esta comida se tomó para realizar un reconocimiento público a sus trabajadores «tras un año muy duro y cargado de trabajo». También aseguraron que para hacer compatible ese reconocimiento con la actual situación se tomaron todas las medidas sanitarias necesarias para «preservar la salud de la plantilla».