Oficiada, encima, por una sacerdotisa para dos miembros de la realeza sueca. Una cosa es la hospitalidad ecuménica con cristianos etíopes o coptos, llegado el caso, y otra, que no tiene nada que ver, es prestar una catedral para una boda luterana, con sacerdotisa incluida, informa el diario Última Hora. Pero esa barbaridad ha ocurrido en la catedral de Palma de Mallorca, a donde se desplazaron la reina Silvia de Suecia y su hija Victoria, la heredera al trono, para el enlace de su prima Helena Sommerlath con Ian Martin. Los dos, de culto luterano, encontraron oficiante, en concreto la sacerdotisa de la comunidad evangélica de habla alemana de Baleares, Heike Stijohannvt, pero no templo, por lo visto, que se prestara a las exigencias del guión. Pero ese guión ha pasado, desgraciadamente, por manchar una catedral católica, con la lógica indignación -y dolor, porque es una ofensa- a los católicos de la isla. El administrador apostólico de esa diócesis, el obispo Sebastián Taltavull (en la imagen), no ha dicho esta boca es mía. Tomó el relevo de Javier Salinas, tras ser aparcado por el Vaticano, pero aún no es el obispo titular. Hispanidad redaccion@hispanidad.com