El mundo rural bramó en Madrid -domingo 5- contra las energías renovables, paladín de nuestro ecologismo, que es el modelo políticamente correcto, desde que comenzara el siglo XXI.
Dicen los de pueblo que los molinillos y las plaquitas solares han destruido su sostenibilidad, la verdadera, la que ellos ofrecen a una humanidad que se empeña en vivir hacinada en las grandes ciudades pero le exige al campo que le aporte alimentos, vestidos y oxígeno, un par de cosas necesarias para vivir.
Resulta que a los no muy ecologistas hombres del campo español, feroces reaccionarios anti-verdes, no les gustan las renovables. A lo mejor es que ellos las sufren.
Manifestación en Madrid por la España vacía, vaciada y bastante harta. Hoy lunes, lo habremos olvidado.