Comer, rascar y deslocalizar es todo uno. Amena ya ha caído en manos de France Telecom y el cable queda en manos de fondos especulativos. Así que ahora le toca el turno al sector eléctrico. Un detalle: es el único sector donde España cuenta con dos compañías en el top ten mundial (Endesa e Iberdrola). Es, además, el sector clave en el desarrollo económico y uno de los más inversores. Es, por decirlo de una vez, un sector mucho más estratégico para un país que las telecomunicaciones o que la banca.
Pus bien, en la mañana del martes 26 de julio el catedrático Pérez Arriaga entregaba el famoso Libro Blanco (libro en blanco como ya se le conoce en todo el sector). Conviene recoger de qué forma reseñaba el Ministerio de José Montilla tan histórico momento : El Ministerio de Industria, Turismo y Comercio solicitará a la Comisión Nacional de Energía una evaluación y valoraciones del contenido del Libro, opiniones que serán tenidas en cuenta, junto con las de todos los agentes del sistema, en el debate sobre el futuro modelo del mercado español de generación eléctrica.
El encargo gubernamental de un Libro Blanco, de carácter consultivo y no vinculante, a un equipo independiente de expertos fue consecuencia de la constatación de que el mercado de generación eléctrica existente en España era ineficiente y necesitaba reformas para mejorar el nivel de competencia efectiva.
El Ministerio de Industria, Turismo y Comercio agradece a Pérez Arriaga y a su equipo el riguroso trabajo realizado, cuyo contenido es una valiosa aportación al proceso de debate abierto sobre el futuro modelo del mercado español de generación eléctrica .
Es decir, Montilla sigue ganado tiempo. Ahora el libro se va a la Comisión Nacional de la Energía. A fin de cuentas, el profesor Pérez Arriaga no ofrece soluciones para ninguna cuestión espinosa: energía nuclear, liberalización, tarifas, costes, etc. A cambio, considera que tanto Endesa como Iberdrola tienen demasiado poder de mercado, un nuevo concepto que hará las delicias de franceses, italianos y alemanes, es decir, de los depredadores de Endesa e Iberdrola.
Aquí vuelve a darse la misma situación que en las telecos. Endesa e Iberdrola son mucho más rentables que los cuatro gigantes europeos. No sólo son más rentables, sino que son privados, mientras que EDF es casi 100 por 100 Estado francés, ENEL en más de un 30% y los alemanes recurren al truco de siempre: sus multinacionales no son propiedad del Estado, sino de los länder, o comunidades autónomas de aquel país, aún más nacionalistas que el Gobierno de Berlín.
Es decir, hablamos de un sector controlado, aunque de empresas más grandes que las españolas; menos solventes y menos rentables pero que tiran con pólvora del Rey, dado que son propiedad del Estado. El caso más singular es EDF: empresa pública, que no cotiza en bolsa, principal producto de energía nuclear del mundo, que opera en un sector no liberalizado y que se permite el lujo de adquirir empresas en el extranjero mientras los extranjeros no pueden entrar en su monopolio galo.
Pues bien, justo en esta escena, aparece Pérez Arriaga y afirma que el sector eléctrico español está muy concentrado y que hay que quitarle poder de mercado a Endesa e Iberdrola, los grandes inversores en generación.
Lo del Libro Blanco recuerda aquello que un banquero le espetó a Rodrigo Rato. Estáis tan enamorados de la libre competencia que si os viene un investigador con una vacuna contra el SIDA no le permitiríais aplicarla hasta que no se consiguiera una segunda vacuna, para no incurrir en monopolio.
Y todo esto lo dice Arriaga, justo en el momento en que la energía española tiene problemas de suministro, por un crecimiento fuerte y constante de la demanda, que en verdad está asfixiando al crecimiento económico y encareciendo el suministro eléctrico, especialmente el industrial, además de provocar frecuentes apagones.
Lo más cabreante es que las grandes de Europa miran hacia España con avidez, pues consideran que las dos empresa españolas (a las que habría que sumar Unión Fenosa) son piezas de lo más apetecibles. Iberdrola probablemente sea la empresa más rentable del mundo, al menos lo es de Europa, pero sólo le protege la participación de la BBK (6,7%) y la del BBVA (la estable se queda en el 5%). El caso de Endesa incluso podría ser peor. Es cierto que Caja Madrid dispone de un 9,9% del capital, pero su acción de oro, o veto político del Estado para todo aquel que quiera comprar más de un 3% de la eléctrica, vence en febrero de 2006.
Ahora bien, la inacción del Gobierno Zapatero para proteger a Endesa e Iberdrola (es decir, para evitar que las decisiones de inversión sean tomadas fuera de nuestras fronteras) no se sabe si tiene que ver con manías personales del PSOE o con la rendición incondicional que en materia de políticas industriales el Gobierno socialista ha protagonizado respecto a los intereses de las grandes potencias europeas, especialmente de Francia. Por supuesto, ante la debilidad de Madrid, la Comisión Europea exige que se levante la acción de oro antes de fin de año. Sin embargo, no exige que franceses, alemanes o italianos privaticen y liberalicen, que son tareas previas y mucho más relevantes.
La pregunta continúa siendo la misma: ¿qué le dan los franceses al Gobierno español? ¿Y los alemanes? ¿Y los italianos?