El sindicato de acreedores sólo está dispuesto a refinanciar la mitad de los 4.900 millones de euros que vencen el 21 de diciembre

 

Eso supone que Manuel Manrique tendrá que vender el 10% de la petrolera. Si le interesa el paquete pregunte en Santander o Lazard. Eso sí, Brufau tiene derecho de veto: no se admiten petroleras europeas; si acaso, fondos soberanos o inversores financieros.

La salida de Luis del Rivero de la Presidencia de Sacyr ha tranquilizado los ánimos pero no ha solucionado el problema. El día 21 de diciembre vence el plazo para pagar los 4.900 millones de euros de créditos bancarios con los que Sacyr compró el 20% de Repsol.

Los bancos, especialmente los extranjeros, no están dispuesto a refinanciar sino la mitad de esa cantidad. Dicho de otra forma: le obligan a Manuel Manrique, presidente de Sacyr, a vender un 10%, la mitad de su paquete, cuyo valor en bola es ese: 2.500 millones de euros.

Vender un 10% de Repsol no es moco de pavo. La propia petrolera y el segundo accionista, La Caixa, se comprometieron a ayudar pero, a la postre, el asunto se ha profesionalizado: son el Santander y Lazard quienes buscan compradores.

Naturalmente, la guinda de la tarta es entrar en el Consejo de Repsol, por lo que el presidente de la firma, Antonio Brufau, así como el segundo accionista, La Caixa, tienen mucho que decir. Vamos, que pueden poner veto. En primer lugar, no se aceptan petroleras europeas o norteamericanas que sólo buscarían controlar Repsol. Se prefieren indígenas a extranjeros, por aquello de la españolidad pero está claro que pocos pueden ponerse 2.500 millones de euros sobre la mesa. No se rechaza a las petroleras, pero depende de cuál. Además, no olvidemos que Pemex podría interponer el veto, pues no ha roto su sindicato con Sacyr.

Lo lógico es pensar en un fondo soberano, por ejemplo del Golfo Pérsico o en unos fondos de inversión, que también tienen su peligro.

En cualquier caso, los bancos tienen que concederle a Manuel Manrique una financiación puente para que no se vea obligado a malvender. Y para vender bien se necesita tiempo, sobre todo tiempo.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com