Roncesvalles es la primera parada para los peregrinos del
Camino de Santiago, a 790 kilómetros de la tumba del apóstol. Allí confluyen tres caminos que vienen de
Europa, camino de
Galicia. Esto es, estoy hablando de un
centro de peregrinaje, inserto en uno de los parajes más espléndidos del Pirineo navarro.
Pues bien, para atender la riada de peregrinos los tres canónigos, todos ellos por encima de los ochenta años, ofician una vez al día la eucaristía, dos los domingos. Hablo con uno de los sacerdotes y le pregunto si en los alrededores se celebra el santo sacrificio en día laborable. La respuesta es sencilla:
-En los 47 kilómetros que hay hasta
Pamplona no encontrará una misa de diario. Los
recortes también han llegado a las
vocaciones sacerdotales. En sábado y domingo sí, pero no más.
A medida que el asombro eucarístico se reduce -es decir, deja de ser asombro- el mundo languidece. Natural
Y estoy hablando insisto, del
Camino de Santiago, donde en esos 47 kilómetros nuestros antepasados construyeron preciosas
iglesias, recias, que enmarcan el
paisaje. Pero no pretendían hacer cosas bellas, pretendían alabar a
Cristo. Hoy, esas iglesias están vacías y el
asombro eucarístico brilla por su ausencia de Pamplona para arriba. Y hasta podríamos concluir que, a mayor nivel de vida y más rápidas
comunicaciones, más se despuebla el mundo rural: de sagrarios y de cristianos.
¿Cómo se va a descristianizar una sociedad en la que los sacramentos se celebran los fines de semana Porque el cristianismo es una religión sacramental y a medida que el asombro eucarístico se reduce -es decir, deja de ser asombro- el mundo languidece.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com