Es ignorante, es insensato, pero es peligroso, y puede tener muy mala leche. Es decir, que Rodríguez Zapatero es insensato, ignorante y perverso. O sea, que su parecido, ya no sólo físico, sino anímico, entre Zapatero y Mr. Bean atraviesa la frontera de su sonrisa (calcada, oiga, calcada) para entrar en otros terrenos más profundos. Es más, en estos momentos, tengo mis dudas: no sé si se parece más a Mr. Bean o al muñeco diabólico. No, por insensato e ignorante, definitivamente a Mr. Bean.
En Mahón, precisamente en Mahón, ante sus fieles más enardecidos, Zapatero nos abrió su corazón y exhaló: "Ya está bien de imposiciones de moral y de actitudes carcas". Así, como lo oyen: carcas, un calificativo que no se escuchaba desde
Ya lo he dicho muchas veces: La esencia del progresismo es la ausencia de ideas, por lo que ha quedado anclado en esto: "Abajo los curas y arriba las faldas". Anticlericalismo y refocile general, que eso sí es
A Zapatero le ocurre como a aquellas mujeres de moral relajada (o sea, a unas progresistas de tomo y lomo), que cuando el triunfo de
Pero, ¿qué significa todo esto? Pues, sencillamente, que ya sólo hay dos bandos:
Naturalmente, en todos estos aspectos, la derecha del PP figura en el mismo bando que el PSOE de Zapatero. Simplemente, Zapatero es más auténtico. Sí, más insensato, más ignorante y más perverso: pero también más auténtico, más coherente con su propio vacío ideológico. Es un tipo que utiliza el lenguaje de la preguerra civil, porque confía en obtener más votos entre salidos y comecuras que entre los creyentes. Pero no por ello el peligro de enfrentamiento entre las dos españas desaparece. Yo no tiraría más de esa cuerda, Mr. Bean, ni tan siquiera si lo hace con el noble propósito de convertir este país en una casa de lenocinio (hetero y homo, por supuesto, sin discriminación).
Eulogio López