Sr. Director:
Me parece que no haría falta decir más. No obstante, pensando en la gente que no está relacionada con la enseñanza, tal vez convenga recordar que lo que está siendo la educación en los "varios años" mencionados se debe, principalmente, a tres leyes socialistas apoyadas con gran entusiasmo por el resto de la "progresía": la LODE, la Carta de Derechos y Deberes de los Alumnos y la LOGSE. Por lo tanto, al que le parezca que la enseñanza ha ido muy bien en estos últimos años que se lo agradezca al PSOE; al que no, que lo tenga en cuenta a la hora de valorar la preocupación de Zapatero y a la hora de votar.
La evaluación al PP habrá que hacérsela cuando su ley, la LOCE, lleve un cierto tiempo de rodaje. Lo que sí se le podría reprochar a éste último partido es que hayan tardado tanto en cambiar las leyes mencionadas y lo hayan hecho de manera un tanto tibia, dado que hasta muchos socialistas y partidarios, como la autora de la carta, vienen admitiendo lo de la pésima situación. No obstante, quizás haya venido bien esta tardanza para que no se esgrima en el futuro que no se dio tiempo suficiente a saborear los supuestos excelentes frutos de la LOGSE.
Y lo más preocupante es que, a pesar de admitir esa "pésima situación", los dirigentes socialistas aún no se dan cuenta de las auténticas causas del desastre y proponen medidas que, en la mayor parte de los casos, sólo servirían para empeorar la situación. Por eso me preocupa tanto que Zapatero se preocupe de la educación.
Yo no tengo los datos sobre los medios que parten de la Administración hacia los institutos, pero lo que sí percibo claramente es que a mi instituto llegan ahora bastantes más que antes: instituto abierto todas las tardes, disponibilidad de profesores sustitutos, obras, ordenadores, clases de apoyo, etc. Y me parece que es más conveniente fijarse en lo que llega que en lo que sale. Algunos, por no caer del burro, mantienen que la LOGSE es muy buena pero que no se ha sabido aplicar. ¿Tampoco se habrá sabido aplicar en Andalucía, por ejemplo? Vayan reflexionando, por favor. Una sola jornada tal vez sea poco.
Víctor M. Sánchez
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