El pasado día 18 leía que la Xunta de Galicia ha presentado una Ley de Apoyo a la Familia y a la Convivencia, que se tramitará en el Parlamento gallego en las próximas semanas.
Esta ley pretende ser un apoyo a la vida e incluye medidas de ayuda a las mujeres embarazadas, así como fomentar la natalidad en una de las regiones del mundo con tasa más baja de natalidad (1,04 hijos por mujer). Sin embargo, el PSG y el BNG consideran que estas medidas son rancias, retrógradas y predemocráticas y buscan que el papel de la mujer sea únicamente el de reproductora y para cuidar mayores (en palabras de Beatriz Sestayo, diputada y portavoz de Servicios Sociales del PSG).
Pero, sin duda, se trata de una postura gravemente incoherente en una política populista, si no hay hijos, no hay votantes, digo yo.
Parece que para estos nuevos progres tener hijos es dictatorial, antidemocrático y ancestral. Tengo la sensación que la implantación de la ideología de género les ha sorbido el seso, que no el sexo -que aunque no quieran continúan teniendo- como los libros de caballería se lo sorbió al Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha.
Suso do Madrid