Lo ha dicho el obispo de Guipúzcoa, José Ignacio Munilla (en la imagen), al que los curas abertzales no soportan porque es un hombre que ama a Dios y euskoparlante. No le pueden llamar facha.
Para Munilla, el derecho a la vida es un derecho prepolítico. Vamos, que los políticos no son quiénes para decidir quién merece vivir y quién debe ser abortado.
Lo ha dicho mucho más fino, que por algo es obispo, con las siguientes palabras: "Es inadmisible que los partidos pretendan legislar la frontera divisoria del derecho a la vida". Eso: que ningún político, ni nadie, tampoco la madre, tiene el derecho a decidir quién tiene derecho a la vida... valga la redundancia.
Eulogio López
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