El director general de la SEPI, Enrique Martínez Pérez, defendió en los cursos de verano de El Escorial que el modelo francés era un modelo a estudiar. La SEPI se resiste a desaparecer y se replica el modelo francés en el que una compañía pública como France Telecom puede entrar en el mercado español por la puerta grande. ¿Riesgo de renacionalización?

El discurso liberal había penetrado de tal forma en la conciencia colectiva, que las palabras del director general de la SEPI, Enrique Martínez Pérez, han generado un elevado debate social, político, empresarial e ideológico. España hizo los deberes en materia de privatizaciones y liberalizaciones. Fuimos los primeros de la clase, mientras que Holanda mantenía su presencia en KPN, Portugal en EdP y Francia en EdF.

La acción de oro que conservó el gobierno en Repsol, Endesa, Iberia y Telefónica, permitió frenar operaciones corporativas como la de KPN sobre esta última. No hemos privatizado Telefónica para que ahora vaya a pasar a formar parte de un gobierno extranjero, señaló el entonces ministro de Economía, Rodrigo Rato. Con el mismo argumento, Rato congeló los derechos políticos de EdP cuando entró en el capital de Hidrocantábrico.

Pues bien, parece que esa etapa se ha acabado. Resulta que ya no hay que refunfuñar por la asimetría de un gobierno como el francés que pretende invadirnos comercialmente con sus empresas estatales antes de acometer el obligado y comprometido proceso de privatizaciones. Antes al contrario, es un modelo a meditar, según señala el director general de la SEPI, Enrique Martínez Pérez.

Según la propuesta de este alto funcionario, debería de seguirse el modelo de Red Eléctrica Española, donde el Estado mantuviese una participación de control. Este es el modelo de la SEPI frente al mantenimiento de las discutidas acciones de oro. La propuesta de Martínez Pérez permite pensar en un riesgo de renacionalización de las privatizadas al modo en el que se ya se amenazó en Argentina donde el verbo reestatalizar llegó a ponerse de moda.

Y es que la SEPI como todo organismo público- lucha por su supervivencia. Siguiendo la ley de la administración, los organismos nacen y crecen, pero nunca se destruyen. Y el director general de la SEPI trata de garantizar sus garbanzos. ¡Santa Nómina! Pero más allá del instinto de supervivencia, las declaraciones de Martínez Pérez revelan todo una filosofía intervencionista de la administración en la actividad económica y empresarial. La supuesta fe en el libre mercado del nuevo socialismo español se encuentra más que nublada.