Los periódicos se hacen eco de unos pocos casos que son un granito de arena si se comparan con los miles de casos que empiezan en citas a ciegas concertadas a través de la red.
Los niños se cuelgan en las tecnologías a partir de los 9 años, los smartphones les facilitan estar continuamente conectados, la curiosidad, el afán de fardar, el querer ser mayores, el anonimato les empuja a querer salir al mundo real.
Y estos mundos reales suelen ser muy sucios.
Habrá que informar y formar a los niños. No todo lo que se puede hacer, se debe hacer.
Ahora y siempre. En el presente y en el futuro. En la infancia y en la madurez.
Visi Bernal López