El presente escrito fue recogido en el ciberpaís y corresponde a un blog personal. En un lenguaje áspero, el autor denuncia una de las claves de los intermediarios del cobro de los derechos de autor: son muchos y todos cobran independientemente de los autores a los que representan. El autor se refiere al acuerdo firmado entre la Federación de Cines de España (FECE) con Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), la Asociación de Derechos de Autor Medios Audiovisuales (DAMA), ésa última una de las escisiones de la SGAE. Como pueden comprobar el presidente de la Federación de Cines, Rafael Alvero, se felicita por, en sus propias palabras, el haber firmado con dos sociedades de gestión al mismo tiempo.

Y este es justo el desmadre que esta ocurriendo con la propiedad intelectual. La SGAE cobra o pretende cobrar, a radios, televisiones, restaurantes, salas de cine, hoteles, discotecas etc.un porcentaje sobre su facturación independientemente de que estos exhibidores hayan utilizado, o no, a los creativos a los que representa SGAE (que, obviamente, no representa a todos). Y no sólo eso, esos exhibidores se ven obligados o coaccionados a pagar a todas las sociedades de gestión de derechos.

El autor del blog tiene toda la razón: el cobro de propiedad intelectual es totalmente arbitrario. Una de dos: o cada entidad de gestión de derechos cobra el uso de sus representados o, si esto fuera demasiado difícil, el Estado debería unificar el cobro y repartirlo entre los autores.