Amancio Ortega pretende lo que Isla no puede darle: seguridad de mantenimiento a largo plazo 

Decíamos ayer... que el hombre más rico de España, propietario y presidente de Inditex, Amancio Ortega, tenía claro su proceso de sucesión: su hija, Marta Ortega, le sucedería como presidenta no ejecutiva con Pablo Isla como consejero delegado y primer ejecutivo. De esa forma, algún día su hija, de 24 años de edad, estaría preparada para gestionar la multinacional textil sita en Galicia.

El problema es que Pablo Isla no puede ofrecerle a Ortega la seguridad que éste exige: el mantenimiento de esa estructura a largo plazo, hasta que su hija tome el relevo a todos los efectos. No es ningún secreto que Isla se volvería a Madrid de buena gana y que la Presidencia de Telefónica siempre ha sido su sueño.

Al mismo tiempo, Ortega dedica cada vez menos horas al trabajo. Es famoso en La Coruña el Club del Huevo Frito, donde reparte sus ocios entre el deporte y la gastronomía, con especial referencia a esta última. En definitiva, su ritmo de trabajo se ha ralentizado y, en paralelo, pretende que la única hija de su segundo matrimonio, Marta Ortega, entre en el Consejo de Administración donde ya figura su madre, Flora Pérez. La sucesión empieza a urgir.

Insisto: Ortega exige a Isla lo que éste no puede darle, algo que no agrada al hombre más rico de España. Por esa razón en su propio entorno están saliendo candidatos a suceder a Isla como consejero delegado del Grupo. El mejor situado es Ignacio Fernández.

En resumen, la sucesión continúa sin estar clara. El hombre más rico de España sigue apostando por su hija Marta como presidenta no ejecutiva y con Pablo Isla de Consejero delegado. Pero como Isla prefiere volver a Madrid ya se ha abierto el concurso para Ceo de Inditex. El director financiero del grupo, Ignacio Fernández, 48 años, es el que cuenta con más posibilidades de suceder a Isla, pero también podría volver alguno de los desterrados, no sería la primera vez (por ejemplo, con el director de compras, Juan Chaparro).

Además, está la opción de Carlos Espinosa de los Monteros. Su integración supondría un vuelco, dado que no entraría como consejero delegado sino como presidente, con Marta Ortega como vicepresidenta, el modelo elegido por Esther Koplowitz -modelo admirado por Ortega- en FCC.

Lo que está claro es que a Ortega le urge tomar una decisión que aclare el futuro del Grupo de la enseña Zara y que la exigida lealtad permanente nadie puede otorgarla... ni exigirla.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com