Según la Conferencia, Nuestras leyes han dejado, por tanto, de tutelar adecuadamente los derechos de los padres, de los niños y de los educadores. Por otro lado, al dejar prácticamente al arbitrio de la libertad individual la continuidad del pacto conyugal, dejan también desprotegido el vínculo matrimonial y abierto el camino legal a la conculcación de los derechos del otro cónyuge y de los hijos (ver comunicado completo de la CEE).
La nota de la Conferencia Episcopal no alude al hecho de que la ley de Zapatero no admite la objeción de conciencia, por lo que ahora se abre una página muy peligrosa para aquellos alcaldes, concejales o miembros de la judicatura que se nieguen a casar dos homosexuales.