La que fuera la empresa automovilística más grande del mundo, orgullo de Norteamérica, la General Motors, parece un desguace. Ya tiene casi cerrada la venta de OPEL y ahora firma un acuerdo para la venta de la tradicional empresa sueca SAAB.
Por supuesto, el Gobierno sueco apoyará la subsistencia de SAAB. O sea, como el Gobierno español con SEAT.