En pleno agosto, Endesa ha lanzado una campaña para vender, casa por casa, el cambio de suministrador eléctrico. En zonas como Madrid, controlada por Iberdrola y Fenosa.
Es cierto que el sector está legalmente liberalizado pero lo cierto es que las eléctricas ponen todas las pegas del mundo y alguna más para que el competidor no entre en su territorio ancestral. Lo hacen poniéndole todas las pegas posibles al cliente a la hora de acceder al cambio. La CNE, presunta encargada de facilitar los trámites, a estas alturas, se ha dado por vencida. De hecho, el mercado sigue inmóvil: cada cual está donde estaba.
En cualquier caso, hace bien Endesa en vender luz puerta a puerta. Hay que romper el estancamiento.
Miriam Prat
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