El presidente de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, José María Barreda, tiene vocación literaria. Y lo malo es que todavía no ha encontrado editor. Rogamos a nuestros lectores ayuden a este chico, que tiene buena pluma y capacidad de enganchar con el lector. Mientras tanto, Barreda utiliza el BOE como medio de expresión. No cobra derechos de autor, pero está a su disposición, que para eso es presidente de una comunidad autónoma. 

Recordarán que ya publicamos el decreto por el que se condecoraba a su antecesor Bono con la Medalla de Oro de la Comunidad, por los desvelos de don José con el interés general castellano manchego. Pero lo publicado en el BOE del pasado 16 de febrero (http://www.boe.es/boe/dias/2005-02-16/pdfs/A05591-05592.pdf), supera todas las previsiones. En la Ley 6/2004 de 21 de diciembre para la aplicación al municipio de Albacete del régimen de organización de los municipios de gran población, Barreda realiza una exposición de motivos realmente espectacular. Extractamos el párrafo de inicio para público regocijo : 

"Éramos unos cuantos en la aldea, nos apañábamos con lo puesto, teníamos un buen pastizal para los animales, agua abundante, uvas y hortaliza, caza, leña, cereal de secano y el trigal de las estrellas para los sueños, el primero de todos con mucho tiempo por delante porque la Historia va despacio, y si entonces queríamos algo, seguramente sin sospechar una infinita tardanza, era ser una gran ciudad, de forma que todo sucedía con los pies en el suelo, por sus pasos contados. El poblado ni siquiera tenía nombre. Vivíamos casi a la intemperie bajo las faldas de Chinchilla -nunca mejor dicho- y un día llegaron los bereberes, gente ruda, y se quedaron a cenar. Es una forma de contar lo que pasó". 

¡Qué buen vasallo, si hobiesse buen señor!