Es un rumor recurrente, que en la presente semana ha vuelto a enseñorearse de la City madrileña: el rumor habla de una fusión entre el Banco Popular y el Sabadell-Atlántico, presidido respectivamente por Ángel Ron y José Oliú. Cuando La Caixa disponía del 15% del Sabadell, se habló de la creación de un gran banco ibérico, pero el Popular, ya en tiempos de Luis Valls, nunca aceptó entrar en este tipo de negociaciones. Por decirlo en pocas palabras, con La Caixa, el absorbente era el Sabadell; sin ella, se convertía en el absorbido.

En cualquier caso, un portavoz oficial del Popular ha comunicado a Hispanidad que no hay ningún tipo de negociación con el Sabadell para un acuerdo de fusión. El origen catalán del Popular daba alas a una opción que gustaba a determinadas familias catalanas presentes en el Sabadell, como los Corominas, y a determinados directivos de La Caixa, como Isidro Fainé. A quien no gusta es al Banco Popular, pues Ángel Ron ya ha dejado claro que si se lanzan a alguna operación será como compradores, no como comprados. Y no olvidemos que el Consejero del Popular es inexpugnable: controla cerca del 40% del capital.

Es más, quien puede quedar en una situación mucho más débil es el Sabadell, una vez que pierde a su accionista de referencia, que es La Caixa. Es más, el gobernador del Banco de España, Jaime Caruana, mantiene un pulso con La Caixa y con Caja Madrid por lo que considera elevada participación de estas entidades en las empresas industriales. Pues bien, poco ha conseguido tanto de Ricardo Fornesa como de Miguel Blesa, pero aquí sí puede imponer su criterio : con la ley en la mano, Caruana puede negarse a que una caja controle un banco, lo que no pude hacer cuando se trata de una empresa no financiera.