Las diferencias entre los dos modelos económicos de occidente, el norteamericano y el europeo, siguen reflejándose en la tasa de desempleo. El paro no agrícola cerró el año en Estados Unidos con una tasa de desempleo del 5,4%, mientras que a 30 de noviembre, el paro en la zona euro alcanzaba el 8,9%. Se da la circunstancia de que el Reino Unido, el país europeo más importante entre los que se han negado a asumir la moneda común, mantiene una tasa de paro similar a la norteamericana. Tanto EEUU como Reino Unido mantienen una flexibilidad laboral mucho mayor que la de la Europa continental.