Sr. Director:
Desde el primer día de su pontificado, Benedicto XVI nos viene explicando que la prioridad evangelizadora debe ser el anuncio de Dios al hombre contemporáneo.

 

Dios no es ajeno a la vida. No nos debemos esperar del Papa respuestas a cuestiones marginales, sino precisamente a las que son esenciales: ¿quién es Dios? ¿Cómo ver su rostro? ¿Dónde encontrarlo?

Benedicto XVI ha vuelto a incidir en la necesidad de poner a Dios en el centro de nuestras vidas y en cómo debemos hacerlo en una época de nueva evangelización para la que se abren horizontes al anuncio del Evangelio y en la que también muchos lugares de antigua tradición cristiana están llamados a redescubrir la belleza de la fe.

Para esta ingente y apasionante tarea se necesitan hombres y mujeres vocacionados; personas, familias, comunidades, misioneros humildes y generosos entusiasmados por participar en la misión de Jesús y de la Iglesia. El Evangelio ha transformado el mundo y todavía lo está transformando.

Dios necesita de todos y cada uno de nosotros, porque todos estamos llamados a trabajar en la viña del Señor y por eso, como nos ha recordado el Papa, es necesario perseverar en la oración para que en toda la Iglesia maduren vocaciones sacerdotales, religiosas y laicales al servicio de la nueva evangelización.


Jesús D Mez Madrid