El obispo de Bolonia pone con toda caridad, y aún más claridad, todos los palos en la rueda del discurso del cardenal alemán Kasper en el pasado consistorio, donde abrió la puerta a que los divorciados y vueltos a casar pudieran acceder a la comunión. No es la primera crítica, ni ha sido la última, a tan novedosa pretensión, aunque quizás sea la más dura que yo haya visto.
Y una originalidad: Cafarra opone nada menos que la Familiaris Consortio de Juan Pablo II a las tesis de Kasper. Y todo en vísperas del Sínodo de octubre sobre la familia.Pero insisto, no me lean a mí, léanle a él, a Cafarra.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com