Tras la rendición de los galos, aún así amenazados por Ben Laden, los coreanos marcan el camino al mundo libre.

Sarkozy intentó rescatar a franceses secuestrados por Al Qaeda en Mali pero le fallaron los espías, y los rehenes fueron ejecutados por los terroristas islámicos. A partir de ahí, se arrugó, y ya ha pagado dinero por su liberación, es decir, se ha ido al rescate pecuniario, al rescate cobarde, como España.

Sin embargo, Corea del Sur envió tropas a Somalia para liberar a sus compatriotas secuestrados y obtuvo éxito. Esta debe ser la respuesta del mundo libre ante el terror: no pagar rescates e intentar liberar a los secuestrados. Recuerden la década de los secuestros aéreos en los años setenta y ochenta del pasado siglo XX: sólo terminaron cuando se dejó de ceder.

La industria del secuestro, de la privación de libertad y sometimiento y humillación de la víctima constituye hoy el reto principal de la violencia terrorista. Y la única postura posible, no por dignidad, sino para evitar males mayores, es el rescate, aunque conlleve riesgos para la vida del secuestrado.

Pero el terrorista suicida, preferentemente el del fanatismo islámico, es harina de otro costal. Con él no cabe la firmeza y desde el error Bush con la guerra de Irak sabemos, además, que las reacciones acaban en venganza, no en justicia, y crean más desastres. Ante un terrorista como el del lunes en Moscú, que asesina a 35 personas y deja heridas a 160, la única respuesta posible es la oración. Y luego, sí, intentar que el fundamentalismo islámico no crezca en el mundo, para lo cual, dicho sea de paso, resulta estúpido oponer el relativismo occidental, tan irracional como el integrismo. Como si para bajar un chichón redujéramos el bulto a martillazos.

El suicidio es el peor de los homicidios. El suicidio con homicidio es todo lo contrario al martirio. El mártir ofrece su vida por su fe, el terrorista suicida se mata y mata a los demás por su fe. Pero la fe se propone, no se impone. El terrorista suicida no es un mártir, es un canalla.

Eulogio López

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