Recoletos, una empresa con fuertes beneficios, no deja de echar gente, también en sus dos buques estrella: Marca y Expansión, empresa que gana dinero, pero no lo suficiente para asegurar un futuro donde más que de gestores hay que hablar de prestatarios que deben satisfacer sus cuotas. Con el apalancamiento desaparece el crecimiento, como por arte de birlibirloque y, naturalmente comienzan los despidos y se resiente la calidad del servicio.
Al último despedido, la dirección le dio esta razón para el finiquito : Cobras demasido. No se entraba en si se merecía el sueldo por su aportación informativa a la empresa. Simplemente cobraba demasiado. A fin de cuentas, para una empresa de vanguardia la calidad del producto es algo secundario.