El retroceso de Alemania es espectacular. En el 2009 cayó un 5%, la mayor caída desde la segunda guerra mundial. Para hacernos una idea: durante la crisis del petróleo de 1975 apenas retrocedió un 0,9%. La diferencia sustancial con España es que en nuestro país la caída ha sido menos abultada, pero los germanos ya han empezado a remontar en la segunda mitad del 2009 mientras nosotros permanecemos en el agujero. Para el 2010 las previsiones son de crecimiento de entre el 1,6% y el 2,3%. Eso significa que el BCE va a empezar a modificar su política monetaria y nos va a pillar con la brocha en la mano.
Más diferencias: En el 2009 el déficit alemán será del 3,2% mientras que España cerrará en el 12%, según Funcas o por encima del 9,5% según Ocaña. No es lo mismo. ¿La clave? La competitividad, a prueba de devaluación del dólar.