Sr. Director:
La política debe ser tributaria de la educación, porque la educación supone independencia del poder espiritual con respecto del temporal.

 

Y la independencia de la autoridad intelectual respecto del poder político, pero este gobierno es un claro ejemplo de representación política feudal, ha dado un paso atrás de más de doscientos años, cuando Carlos IV, para atajar los ideales y el radicalismo de la pequeña burguesía de la Ilustración por el Estado del Bienestar Social, que se basaba en la revolución científica de la ciencia y la educación, no en la política absolutista o religiosa, y para evitar que ese espíritu penetrase en la sociedad española del siglo XVIII, siguió los pasos contrarios empezando por la Educación, cerró la frontera con Francia para que no entrasen personas, ni ideas.

Hoy pretenden refugiar el saber en lo privado, como son los centros concertados, junto al abandono en la educación pública primaria tanto en subvenciones como en medios y, para hacerla aún más inaccesible faltaba la Universidad, pero ya lo han realizado, tampoco me extrañaría que desaparecieran algunas en las CCAA, para ejercer el centralismo en cada una de ellas, dedicadas a su élite.

Está claro que el proceso educativo debe de estar en función de las necesidades que surgen de la estructura social y económica de una sociedad dada, por ello el método es extremadamente importante, por cuanto representa los mecanismos que moldean al individuo según la forma prescrita con unos requerimientos sociales transformados en cualidades, y ¿cuál es su necesidad o cualidad actual, según este gobierno?, las marcadas por la directriz de su amo, "el capital", este necesita mano de obra barata en la medida que se ajuste a su interés, unos asalariados que puedan manejar en las distintas facetas de la Industria con una educación específica para un fin concreto, el enriquecimiento de los de siempre.

José Enrique Centén Martín