Roman J. Israel, Esq. se sitúa en el lado oculto del saturado sistema penal de Los Ángeles. Denzel Washington interpreta a un abogado defensor idealista y con vocación, cuya vida cambia drásticamente cuando su mentor, un icono de los derechos civiles, muere. Cuando es contratado por una empresa dirigida por uno de los antiguos estudiantes del legendario hombre, el ambicioso abogado Geoge Pierce comienza una amistad con una joven luchadora por la igualdad de derechos en una turbulenta serie de eventos que desafían el activismo que siempre ha definido la carrera de Roman.

Podríamos definir Roman J. Israel, Esq. como un thriller dramático que denuncia el sistema penal de Los Ángeles y el ejercicio de la abogacía entendida como un lucrativo negocio. Pero, más interesante que esa cuestión es que la película plantea, de forma certera, la crisis personal de un idealista que cree que ha fracasado en todo lo que ha luchado durante años.

Denzel Washington encarna a un letrado, defensor de los derechos humanos, cuya vida cambia sustancialmente cuando muere su jefe y mentor. Cerrado el bufete y obligado a buscar trabajo, su curriculum profesional (donde ha primado la ética) y su memoria prodigiosa no son valorados salvo por  uno de los antiguos estudiantes de su maestro, un ambicioso abogado llamado Geoge Pierce. Si su erudición y su falta de dotes sociales despierta poca simpatía entre los colegas, por el contrario Roman Israel despierta la admiración de una joven luchadora por la igualdad de derechos, que estima su carrera llena de casos donde ha defendido con pasión a los más desfavorecidos.

La reflexión moral que contiene la película describe los cambios que ha experimentado la sociedad hacia un estado de confort donde cada vez hay menos personas que se preocupan  del resto de sus semejantes. Siendo tremendamente americana, argumentalmente resulta sugestiva a pesar de que el “chocante” individuo que interpreta  Denzel Washington  tiene un exceso de peculiaridades que parecen más propias de un personaje de ficción que de  un individuo de la vida real.

El trabajo del actor afroamericano obtuvo dos nominaciones el pasado año, tanto al Globo de Oro como al Oscar a Mejor Actor, y este reconocimiento es merecido porque realiza una actuación totalmente corporal; ha modificado su manera de andar pero también se sometió a cambios en su fisonomía para ofrecer la imagen de un  tipo poco atractivo y entrado en carnes…

Se trata de una película de argumento paradójico porque, mientras da vueltas sobre el peligro de los idealistas, sobre todo para ellos mismos, reivindica la necesidad de que haya seres humanos capaces de arriesgarlo todo por los demás…

Hay muchas películas que abordan temas judiciales pero ninguna en la que el protagonista se declara al mismo tipo infractor y defensor de sí mismo. Y eso sucede en el mismo arranque.

Para: Los que disfruten con los thriller policiacos, argumentalmente enrevesados