Exhaustiva biografía del español san Antonio María Claret, una de las figuras históricas más destacadas de nuestro país en el pasado siglo XIX, realizada con motivo del 150 aniversario de su muerte.

La película describe muchísimos pormenores de su ajetreada vida, desde la impagable contribución que realizó como arzobispo de Santiago de Cuba, donde intentó mejorar las condiciones de vida de los negros en África, hasta su labor pastoral que le llevó a la fundación de Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María (1849) y de la Congregación de las Religiosas de María Inmaculada Misioneras Claretianas (1855) además de realizar una importante tarea como presidente del Monasterio de El Escorial (1859-1868), donde fundó una comunidad de eclesiásticos, un seminario y un colegio de segunda enseñanza.

A pesar de su indudable carisma, y admirable trayectoria, el convertirse durante años en el confesor, y amigo, de la reina Isabel II se tradujo en que al padre Claret le persiguiera una particular leyenda negra impulsada por el radical Salustiano Olózaga, un adversario tremendamente peligroso, quien también hizo la vida imposible a Sor Patrocinio, conocida como “la monja de las llagas”, que fue la consejera desconocida de la reina, aunque en este filme simplemente se mencione.

El director Pablo Moreno, ahora mismo el mejor cineasta de cine religioso de España, responsable entre otras de Un Dios Prohibido, sobre martirio por la fe, ha mejorado, desde sus primeras películas, la calidad técnica de sus producciones, al mismo tiempo que sigue siendo riguroso al recrear la vida de santos de forma amena. La mayoría del metraje discurre en exteriores, lo que produce la impresión de una gran producción, cuando sabemos de los modestos presupuestos con los que se mueve el cineasta. Suponemos que con Claret ha tenido una gran dificultad en el guión, por la vida tan repleta de acontecimientos que tuvo el santo y que ha tenido que incluir como ha podido.

El actor Antonio Reyes encarna al protagonista con acierto mientras que Carlos Cañas encarna a Azorín, nada sospechoso precisamente de ser “pio”, puesto que el famoso escritor fue quien en el año 1930 descubrió un engaño que se había propagado a lo largo de casi 60 años: habían sido adulteradas la vida y las obras del arzobispo español Antonio María Claret, fundador de los Misioneros Claretianos.

Para: los que les interese la Historia de nuestro país y las leyendas negras fabricadas interesadamente.