Seguramente Maite Alberdi, la directora de este insólito documental, cuando lo imaginó nunca pensó lo pertinente que iba a resultar su contenido porque, en los aciagos tiempos que vivimos, su trabajo supone todo un homenaje a los mayores que viven en las residencias y que en muchos países, sobre todo en el nuestro, han sido diezmados por la Covid 19.

Rómulo es un detective privado a quien una clienta contrata para investigar cómo tratan a su madre en la residencia de ancianos donde vive. Es entonces cuando Rómulo decide utilizar a Sergio, de 83 años, sin experiencia como detective, para que actúe una temporada como agente infiltrado en ese lugar. Sergio, un señor encantador, tiene dificultades para asumir su rol de “agente topo” pero, gracias a su cariñoso carácter, pronto se convierte en el confidente favorito de sus compañeras.

La naturalidad preside este trabajo donde los ancianos, sobre todo ancianas, van contando su vida a ese comprensivo espía que se interesa por sus problemas, porque si algo quiere un ser humano, más en los últimos años de su vida, es sentirse acompañado y escuchado. Por eso resulta tan gratificante este singular “documental policial”, porque a través de él se comprende más aún lo que hemos perdido en todos los países del mundo al haber fallecido tantos ancianos, que son como bibliotecas vivientes de nuestro pasado.

Las situaciones conmovedoras, pero también graciosas se suceden, teniendo en cuenta que en El agente topo han participado alrededor de 300 personas, la mayoría sin experiencia ante la cámara, a las que se les ha pedido espontaneidad dentro de un guión bien articulado.

Aplaudido en multitud de festivales, incluso ha conseguido una nominación a los Oscar de este año en el apartado de mejor documental. El único acento español en estos premios desde el momento que, aunque se trata de una película chilena, cuenta con producción española.

Sergio Chamy, interpretando al protagonista, logra una actuación graciosa y tierna al mismo tiempo, en una película que, como ha declarado Alberdi, habla de una pandemia silenciosa y constante entre los mayores: la soledad.

Para: los que les gusten las películas conmovedoras y con mensaje.