• Estos comicios debieron tener lugar en 2016, de acuerdo a los plazos dispuestos por la Constitución.
  • Pero la dictadura de Nicolás Maduro, en vista de su baja popularidad, se valió del control que detenta sobre el Consejo Nacional Electoral (CNE) para posponerlos cuanto pudo.
El domingo 15 de octubre Venezuela votará a sus nuevos gobernadores de provincias en unos comicios que debieron tener lugar en 2016, de acuerdo a los plazos dispuestos por la Constitución. Pero la dictadura de Nicolás Maduro, en vista de su baja popularidad, se valió del control que detenta sobre el Consejo Nacional Electoral (CNE) para posponerlos cuanto pudo. Así que, reprogramadas las elecciones inicialmente para diciembre de este año, la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) -otro organismo teledirigido por el alto mando chavista- decidió celebrarlas el próximo domingo, informa El País. La fecha coincide con un momento en que las negociaciones entre Gobierno y oposición, iniciadas en República Dominicana bajo auspicios internacionales, han caído en punto muerto. La crisis económica, con sus rasgos de desabastecimiento crónico de productos de consumo masivo, aumento descontrolado de los precios cercano a la hiperinflación y escasez de divisas para el pago de compromisos externos, sigue haciendo mella en la situación social, lo que seguramente tendrá consecuencias políticas. La presión en este flanco se incrementó con las sanciones financieras adoptadas por el Gobierno de Donald Trump, que limitan sustancialmente las posibilidades de Caracas para conseguir dinero fresco. Quedan por calibrar los efectos de las sanciones que, según se prevé, también impondrá la Unión Europea probablemente en noviembre próximo, una vez que las labores diplomáticas superen la solitaria resistencia que Grecia ha planteado ante la iniciativa. En medio de este panorama de expectación, las venideras elecciones regionales representan una oportunidad de movimiento en la configuración del tablero político. Y no solo por sus eventuales resultados, sino también por la manera en la que se lleven a cabo. La oposición "institucional", agrupada en torno a la MUD, tiene frente a sí no sólo la tarea de superar al adversario sino, además, debe lidiar con el desafío sin precedentes de movilizar a un electorado infectado por el desaliento y el escepticismo. Andrés Velázquez andres@hispanidad.com