Hemos aprendido mucho tras la entrevista que Ana Pastor hizo en la noche del domingo al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y que emitió La Sexta. Por ejemplo, ahora sabemos que Sánchez es el presidente del Gobierno -apenas lo repitió 12 veces- y que la periodista se llama Ana, pues el señor presidente –con una familiaridad no muy deseada- la llamó por su nombre de pila otra docena de veces.

También hemos confirmado lo que se sospechaba en algunos ambientes: que Pedro Sánchez Pérez-Castejón es un grandísimo embustero. Vamos por partes:

1. Todo lo que se ha dicho sobre mi tesis es mentira.

No, no lo es, ni mucho menos. Sustancialmente, las críticas sobre su tesis doctoral son ciertas. Más que plagio, hubo negro. Es más, hubo una toda una manada de negros que le pusieron muy fácil el título de doctor.

Sobre todo, dos personas: el exministro Miguel Sebastián y el exsecretario de Estado, Rafael Cortés Elvira. Ambos cabreados por la ingratitud de Sánchez, por cierto.

Todo lo que ocurre es que, con lo que le ha costado llegar al poder, a Pedro Sánchez no le echan ni con agua caliente

2.Toda crítica es ruido de la oposición.

No, no hay tal cacería contra Sánchez, o al menos es menor –tanto la política como la mediática- que la cacería feroz decretada por Sánchez y sus aliados, algunos poco recomendables, contra Mariano Rajoy.

3. Más mentiras: la presión fiscal es menor en España que en Europa.

Sí, pero no el esfuerzo fiscal individual, que resulta mucho más significativo. Ese es mayor en España que la media europea. Por lo demás, lo único que se le ocurre al Gobierno del PSOE es subir los impuestos.

4.No íbamos a cumplir con el déficit y Europa lo sabía.

Falso, sí íbamos acercándonos al cumplimiento total y con crecimiento del PIB y del empleo, algo que ahora empieza a verse difícil (y lleva tan solo 100 días).

Además, tiene un nexo común que le une con toda la izquierda: su cristofobia. Eso ayuda mucho

5.No ha habido rectificaciones en el Gobierno.

Pero si cada día es una rectificación, aunque negada. En política fiscal, sobre la reforma laboral, en el impuesto a la banca, en la venta de armamento, en los casos de corruptelas ya asomadas, en el cuadro de gasto, en la política educativa, en la historia sobre qué va a ser del Valle de los Caídos…

6. Las bombas a Arabia no harán daño a la población civil y la rectificación no se ha debido a un chantaje de los sátrapas saudíes.

No hace falta rebatirlo. Su historia resulta increíble y su actitud vergonzosa.

7. Solo la derecha quiere elecciones.

¿Seguro? Se diría que el único que no la quiere –siempre las pierde– es Pedro Sánchez.

Lo que ocurre es que, con lo que le ha costado llegar al poder, a Pedro Sánchez no le levantamos del sillón ni con agua caliente.

Además, tiene un nexo común que le une con toda la izquierda, buena parte de la derecha, los separatistas y la mayoría mediática: la cristofobia. Porque Sánchez, más que ateo, es antiateo.

Resumen: le entrevistaba de Ana Pastor para La Sexta: Sánchez es el presidente del Gobierno, un mentiroso enorme… y no tiene abuela.