Luis María Linde fue nombrado gobernador del Banco de España el 7 de junio de 2012 y tomó posesión de su cargo tres días después, el 11. Eso quiere decir que dentro de un mes -el 11 de junio- tendrá que dejar su cargo al frente del supervisor. ¿Qué tiene que ver esto con el Popular? Mucho: Linde considera que Europa expolió el Popular para dar un escarmiento a todas las entidades europeas en materia de liquidación bancaria. Esto es, que el gobernador del Banco de España está con los damnificados del Popular.

Además, ha servido para que todo el mundo sepa hasta dónde está dispuesta a llegar Elke König. Recuerden que la presidenta de la JUR fue reelegida en diciembre para otros cinco años, saltándose la propia regulación europea que exige una terna de nombres para la votación.

Pero volvamos a la sede del Banco de España, donde Linde apura sus últimos días y donde trabajan los dos peritos que están elaborando el informe sobre el Popular que ha encargado el juez Fernando Andreu a la institución. Tranquilos, Santiago Jesús Ruiz-Clavijo y Pablo Hernández Romeo son inspectores ecuánimes que no buscan conclusiones partidistas sobre el caso.

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Ése es, precisamente, el quid de la cuestión. A Linde le queda un mes y podría marcharse coincidiendo con la entrega del informe al juez Andreu. Pero no. Ni Bruselas ni el Gobierno Rajoy quieren que eso suceda. Linde cree que el Popular nunca debió malvenderse y sigue muy cabreado: Luis de Guindos le dejó al margen y el subgobernador Restoy le traicionó. En definitiva, la intervención y entrega del Popular al Santander le ha dejado en un muy mal lugar y está dispuesto a hablar ante un tribunal. ¿Que Linde ‘firme’ el informe sobre el ‘Popu’? Ni hablar.

Y en paralelo, el juez Andreu no citará a nadie para declarar hasta que no tenga dicho informe encima de la mesa. Una decisión que aplauden en Bruselas y en Moncloa. Cuanto más se dilate la instrucción del caso, mejor.