La comunicación de holding IAG en el que opta por fijar un límite del 47,5% a la presencia de accionistas extracomunitarios en su capital no ha tenido un impacto en la cotización, básicamente porque se trata de un gesto del consejero delegado, Willie Walsh, que no cambia nada.

La acción, de hecho, cae entre un 0,5% y un 1%, menos de lo que subió ayer (-1,5%). Otra cosa es lo que pueda suceder en la cotización en un futuro más o menos próximo, que dependerá del resultado del Brexit, duro o blando -sinónimos de incertidumbre-,  y su efecto sobre British Airways, Iberia, Aer Lingus, Vueling y Level.

Los títulos en manos de accionistas de fuera de la UE en estos momentos representan, de hecho, el 47,5%, según el hecho relevante. Otra cosa es que en el pasado llegara al 52,5%, algo que vulnera la legislación comunitaria en la obligación de que el 50% más 1 acción sea de accionistas comunitarios. Es el requisito para beneficiarse de la política de cielos abiertos y operar libremente en las rutas de la Unión.

IAG, que ha vulnerado antes la legislación europea, no quiere perder los beneficios de los 'cielos abiertos'

En otras palabras, no cambia nada: IAG deja claro que una compañía europea y que el 47,5% está en manos de europeos, británicos o de otro país de la UE. Hace constar expresamente que los británicos no están sujetos a restricciones, aunque a renglón seguido añade que no puede garantizar que el “máximo permitido” del 47% “vaya a ser eliminado en el futuro ni, en su caso, cuando sería eliminado.” Va de suyo que British Airways no tiene, por tanto, mayoría británica.

A partir de ahí, aclara que los inversores de fuera de la UE no gozarán de derechos políticos y de voto y deberán vender en un plazo de 10 días o los comprará IAG en caso de no hacerlo. Actualmente, entre esos inversores extracomunitarios están Qatar Airways (21,5%), Capital Group (13,25%) o los fondos BlackRock (4,56%) Standard Life Aberdeen (3,97%) e Invesco (2,13%).