La información de Fernando Lázaro en El Mundo -un periódico poco sospechoso de apoyar a Vox-, resulta definitiva, acerca de las acontecimientos ocurridos en el miércoles en el barrio madrileño de Vallecas. Lázaro recoge el testimonio de uno de los policías antidisturbios presentes, y su conclusión lo resume todo: “Interior nos dejó tirados en Vallecas”.

Fernando Grande-Marlaska, uno de nuestros peores ciudadanos, vuelve a demostrar la certeza de quienes defendemos que el problema de España no es el comunista Pablo Iglesias sino el socialista Pedro Sánchez. Sin este, aquel no sería nada. Es más, Podemos es una fuerza en disolución, un cadáver que permanece en pie gracias a su presencia en el gobierno de coalición, con todo lo que ello comporta, presencia sólo posible gracias a Pedro Sánchez.

Por las mismas, el responsable de la encerrona a Vox en Vallecas, no es Pablo Iglesias, que es poca cosa, sino el responsable de la policía, el socialista Grande-Marlaska, aún más embustero que Iglesias, Monedero o Echenique juntos.

Recuerden a Solzhenitsyn: el comunismo no es más que una gran mentira

Al actual ministro del Interior poco le importa que los energúmenos de Podemos descalabren a sus policías con tal de corroborar las tesis de Iglesias y Echenique: Vallecas es suyo y allí no entra Vox.

Por cierto, la lectura de Iglesias y Echenique sobre los hechos estaba escrita de antemano. Pablo Echenique llegó a explicar en Twitter la violencia ‘antifascista’ de Vallecas por anticipado y profetizar cómo las televisiones -casi todas ellas socio-podemitas- engañarían al pueblo. Y todo esto, ojo, antes de que sucedieran los hechos: eres enorme, Eche.

Y la segunda y más importante y mentirosa tesis: Vox es fascismo, es violencia… cuando la violencia es el neo-comunista Pablo Iglesias.

El argumento podemita es el mismo de los violadores: Si Santiago Abascal acude a Vallecas es que va provocando y entonces el pueblo vallecano -o sea, los suyos- tienen que defenderse -o sea, golpear- a los fascistas, o sea, a quienes ponen en solfa su impunidad.

 

 

Es el mismo argumento de los violadores: la violada iba con minifalda y me estaba provocando.

Vox no puede quedarse en la denuncia de la mentira socio-comunista: así no demostrará que no es un partido ultra, sino un partido cristiano… que es lo que tiene que demostrar

Ahora bien, recuerden a Aleksandr Isáyevich Solzhenitsyn: el comunismo no es más que una gran mentira. El hombre del Archipiélago Gulag, sin conocerle, hizo el mejor retrato, de Pedro Sánchez en las carnes de Pablo Iglesias: “Cualquier hombre que haya proclamado la violencia como su método está inevitablemente obligado a tomar la mentira como su principio”.

O sea, Vallecas.

Para Pablo Iglesias, propiamente dicho, también contamos con Solzhenitsyn: “Ser comunista, inteligente y bueno es totalmente incompatible. El que es inteligente y bueno no es comunista. El que es comunista y bueno no es inteligente. Y por supuesto, el que es comunista e inteligente, es imposible que sea bueno”.

Ahora bien, Santiago Abascal no puede quedarse en la denuncia de la mentira socio-comunista. Así no demostrará que Vox no es un partido ultra, sino un partido cristiano y esa demostración es donde Vox se juega su futuro. Y esto porque, acabemos también con don Alejandro: “Sin el aliento de Dios, sin restricciones en la conciencia humana, tanto el capitalismo como el socialismo resultan repulsivos”.