El Papa Francisco cumple hoy 82 años. Ayer, en el tradicional rezo del Ángelus, dirigiéndose a los asistentes, el Santo Padre resaltó: “No se olviden de orar por mí”. Lo hizo en el tercer domingo de Adviento  -“Gaudete”-  en la Plaza de San Pedro, en presencia de unos 25.000 visitantes, recogió Zenit.

El Pontífice también pidió a la comunidad internacional que “asuma la responsabilidad” de la gestión de la migración. También bendijo a los santones del ‘Niño Jesús’ de los pesebres de los niños, de las familias, de las escuelas, de las parroquias, de las comunidades presentes en el Ángelus del mediodía.

Antes del Ángelus, el Papa había ido al Dispensario de Santa Marta del Vaticano para saludar a los niños y al personal, invitándolos a cultivar la “humildad” de quién “se inclina” para servir a los demás. En concreto, estas fueron las palabras del Santo Padre:

“Queridos hermanos y hermanas,

El Pacto Mundial para la Migración Segura, Regular y Ordinaria fue aprobado la semana pasada en Marrakech, Marruecos, el pacto mundial para una migración segura, ordenada y regular, que pretende ser un marco de referencia para la comunidad internacional. Espero que, gracias a este instrumento, ella pueda trabajar con responsabilidad, solidaridad y compasión hacia quienes, por diversas razones, han abandonado su país y confío esta intención a sus oraciones.

Os saludo a todos, familias, grupos parroquiales y asociaciones de Roma, Italia y el mundo entero. Saludo en particular a los peregrinos de Sevilla, Hamburgo, Múnich y Chapelle en Bélgica. Saludo a los fieles de Pescara, Potenza, Bucchianico, Fabriano y Blera; a los laicos misioneros combonianos; y a los scouts de jesolo y ca ‘savio.

Jesús es tierno, Jesús es humilde: ¡esta es la verdadera Navidad! no se olviden

Y ahora, les hablo especialmente a ustedes, queridos niños de Roma, que vinieron por la bendición de las estatuillas del “Niño Jesús”, acompañados por el obispo auxiliar Monseñor Ruzza. Agradezco al Centro del Patronato Romano y a los voluntarios. Queridos niños, cuando, en casa, se reúnan para orar frente al pesebre, fijando sus ojos en el Niño Jesús, sentirán estupor  y ustedes me preguntarán, ¿Qué es el estupor? un sentimiento, es más que una emoción, es ver a Dios con el corazón. Estupor por el gran gran misterio de Dios hecho hombre. Y el Espíritu Santo pondrá en tu corazón la humildad, la ternura y la bondad de Jesús, Jesús es bueno, Jesús es tierno, Jesús es humilde: ¡esta es la verdadera Navidad! no se olviden. Que sea así para ustedes y para los miembros de su familia.

Bendigo a todas las estatuillas del Niño Jesús y a todos ustedes les deseo un buen domingo y una buena tercera semana de Adviento con tanta alegría tanta paz. Por favor, no os olvidéis de orar por mí. Buen almuerzo y adiós”.