La farmacéutica catalana Almirall sube con fuerza en bolsa tras los resultados de 2018 tras el abandono de los números rojos de 2017, de 304 millones, con un beneficio de 77,7. Los inversores aplauden y la cotización avanza más del 3%, aunque paradójicamente, ha agotado ya su ciclo alcista en el mercado. La acción, ahora en 15,42 euros, sigue muy por debajo de los 17,80 que alcanzó en octubre.

La evolución de la compañía está en relación directa con el recorrido de la filial americana de dermatología, Aqua, fuente de problemas (por provisiones) en 2017, y ahora en positivo, tras superar la página negra de su saneamiento. Forzó, incluso, el cambio de consejero delegado, actualmente el belga Peter Guenter.

Almirall repunta en bolsa, pero agotó hace tiempo su ciclo alcista

Almirall mejoró un 10,7% sus ventas, hasta 756,9 millones, y un 47,5% el Ebitda, en 209,5. El valor, no obstante, se ha esfumado de las carteras exigentes ni goza del beneplácito de los analistas, marcado como está por la gestión de los hermanos Gallardo (en la imagen). El punto cumbre, ya descontado, fue la compra del portfolio de dermatología médica en EEUU comprado a Allergan, su fuerte.

Respecto a 2019, Peter Guenter es optimista, con una previsión de ingresos a doble dígito bajo y un Ebitda de entre 290 y 300 millones.