Bankinter será el primero -jueves 19- en desvelar si finalmente, como le ha pedido reiteradamente el Banco de España a las entidades, destina buena parte de lo generado en 2022 a dotaciones para cubrir un más que probable aumento de la morosidad durante los próximos trimestres.

Los grandes bancos de EEUU lo han hecho, después de liberar miles de millones de dólares en diciembre de 2021 ante las buenas perspectivas económicas que había en ese momento y que les permitieron registrar beneficios deslumbrantes del ejercicio.

Las previsiones para 2023 no son tan halagüeñas y esta vez les ha sucedido justo lo contrario: aumento del negocio por la subida de tipos, pero caída del beneficio por las provisiones, como ha quedado de manifiesto en las cuentas publicadas el viernes.

Es el caso de JP Morgan Chase, que ha ganado un 22% menos en 2022 (36.676 millones de dólares, unos 34.800 millones de euros) tras provisionar 6.389 millones de dólares (en euros, unos 5.900 millones). En 2021 liberó dotaciones por valor de 9.256 millones de dólares. La diferencia es abismal. La facturación del banco aumentó un 6% gracias al alza del 28% de los ingresos por intereses, y a pesar de la caída del 11% de las comisiones.

Idéntico es el caso de Bank of America, que ha reducido el beneficio un 14% (27.528 millones de dólares, unos 25.400 millones de euros), tras ingresar un 6,5% más, hasta rozar los 95.000 millones de dólares (en euros, unos 87.800 millones). La clave fueron los más de 1.000 millones de dólares destinados a cubrir futuros impagos.

Citigroup, lo mismo: ganó 14.845 millones de dólares (unos 13.700 millones de euros), un 32% menos, tras provisionar 956 millones frente a los casi 8.000 millones que liberó en 2021. Como en los dos casos anteriores, el negocio creció, con un aumento del 15% de los ingresos por intereses (48.668 millones de dólares, unos 45.000 millones de euros), aunque con una caída del 9% de las comisiones, que no superaron los 26.670 millones de dólares (en euros, unos 24.650 millones).

Vamos con Wells Fargo, el banco doméstico más importante de EEUU -su cartera de hipotecas es muy relevante- y el que más se parece a los españoles. En su caso, a diferencia de los anteriores, los ingresos totales se redujeron un 6%, hasta los 73.785 millones de dólares (unos 68.200 millones de euros), después de aumentar un 26% los ingresos por intereses y reducir las comisiones un 32%. El beneficio en 2022 fue de 12.067 millones de dólares (11.150 millones de euros, aproximadamente), un 40% inferior al de 2021. La clave, como en los tres anteriores, estuvo en las provisiones, que ascendieron hasta los 1.534 millones de dólares (unos 1.420 millones de euros), frente a los 4.155 millones de dólares (en euros, unos 3.850 millones) liberados en 2021.

¿Seguirá la banca española los pasos de la norteamericana o, por el contrario, seguirá ignorando los llamamientos del Banco de España?