Fácil sería iniciar este análisis de los resultados de la entidad presidida por Ana Botín achacando al nuevo impuesto confiscatorio español sobre el margen de intereses el resultado obtenido en este primer trimestre del ejercicio, en un contexto de alzas en los tipos de interés, en los que ya hemos visto, en la primera entidad que presentó sus resultados la semana pasada, que devuelve el protagonismo a la parte alta de la cuenta de resultados. El Santander, que ha reportado un beneficio atribuido de 2.571 millones de euros (M€), un 1,1% superior al obtenido en el mismo periodo del ejercicio precedente, cifra que se me antoja un tanto decepcionante, pues excluyendo el impacto de los 224M€ encajados por el nuevo impuesto sobre el margen de intereses en nuestro país, el resultado habría avanzado un 10% interanual, pero veamos los detalles.

Como era de esperar, el margen de intereses ha crecido un 17,4% y alcanza los 10.396M€, las comisiones también lo hacen en un 8,2%, con una cifra de 3.043M€. El incremento de los tipos de interés y la vuelta a la normalidad sanitaria en la mayoría de los mercados, nos ha devuelto a cifras más ajustadas al negocio y hacen menos necesario el protagonismo pasado del Resultado de operaciones financieras (ROF), 715M€ en el trimestre. Como ya hemos dicho, dentro de otros resultados de explotación, -421M€, en los que se ha registrado el impuesto por el margen en España junto a 197M€ más por ajustes por hiperinflación en Argentina, han sido importantes, pero aun así el margen bruto ha crecido un 13,1% interanual hasta los 13.922M€ gracias al margen de intereses y el incremento mantenido de las comisiones.

Los costes de explotación están marcando el contrapunto al alivio que está suponiendo las subidas de tipos de interés en las cuentas de las entidades financieras. En el caso del Santander los costes han crecido un 11%. El crecimiento de la inflación ha sido determinante ya que, eliminando su impacto, los costes hubiesen bajado un 1%. Destacan especialmente el incremento del 12,7% en los de personal y del 7,2% en los de administración y, por regiones, el 19% en Suramérica (83% en Argentina), 10% en Norteamérica y 7% en Europa. También se han dotado provisiones por 642M€ principalmente en Reino Unido y Brasil un 41,1% superiores al ejercicio anterior.

En la presentación del resultado la presidenta de la entidad, Ana Botín, ha relativizado el resultado del trimestre dentro de la situación de volatilidad económica mundial, justificándolo con el incremento de ingresos basados en el aumento de volúmenes de negocio y clientes y una gran fortaleza del balance. Pero el mercado no parece estar muy convencido con este análisis y parece que penaliza los resultados y en especial las peores expectativas de algunas áreas geográficas donde opera la entidad

La gestión del riesgo ha tenido una especial repercusión en la cuenta de resultados. Los 3.301M€ por deterioros de activos registrados en este trimestre suponen el 53,7% de los costes de explotación mientras que en el mismo periodo del pasado ejercicio suponía el 38% de los mismos, el incremento interanual de las dotaciones ha supuesto un 55,5% interanual. Veamos pues qué ha sucedido.

Los créditos a la clientela han crecido un 1,7% interanual y se sitúan en 1.015,3M€, de los que 34,4M€ se encuentran clasificados como riesgos irregulares, lo que supone un ratio de morosidad del 3,05%, un 0,03% inferior al ejercicio anterior y unos fondos para insolvencias del 22,6M€ que representan una cobertura del 68%, un punto inferior al de marzo de 2022. En la cuenta de resultados también se han registrado 3.223M€ por insolvencias, 814M€ superiores a las registradas en el mismo periodo del ejercicio anterior.

Dentro de las dotaciones hay que destacar especialmente las registradas en Polonia por hipotecas en francos suizos, 151M€ (+138%) y en especial 808M€ (+84,2%) en EEUU y los 1.034M€ (+21,4%) registrados en Brasil. Este incremento en los deterioros resulta más que determinante en el resultado del trimestre y podría resultar erróneo atribuir únicamente al nuevo impuesto la reducción de beneficios registrada.

Por lo que se refiere a otros ratios de la entidad, significar que a pesar del resultado, el negocio crediticio se muestra firme con un ratio de eficiencia del 44,1% que mejora un 0,9% interanual y se mantiene en las previsiones del plan de negocio, mientras el coste del riesgo empeora en un 0,77% hasta el 1,05% por las cifras registradas en las áreas de Brasil y Reino Unido, principalmente. El ratio CET1 de solvencia mejora un 0,2% situándose en un cómodo 12,2% después de los 194,2M€ destinados a la compra de 59,1 millones de títulos propios finalizada al final del trimestre y mantiene un ratio de cobertura de liquidez LRC del 152%.

En la presentación del resultado la presidenta de la entidad, Ana Botín, ha relativizado el resultado del trimestre dentro de la situación de volatilidad económica mundial, justificándolo con el incremento de ingresos basados en el aumento de volúmenes de negocio y clientes y una gran fortaleza del balance. Pero el mercado no parece estar muy convencido con este análisis y parece que penaliza los resultados y en especial las peores expectativas de algunas áreas geográficas donde opera la entidad, y al cierre de este artículo pierde más de un 5% en su cotización en bolsa, una caída que ha llegado hasta el 5,9% al cierre de la sesión.